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El Gobierno frente al dilema del dólar: ¿Ajustar el crawling peg o mantener la competitividad?

La discusión sobre el ritmo de ajuste del dólar viene tomando fuerza y desde el Ministerio de Economía se plantean una posible reducción.

Por REDACCION
  • La reducción del crawling peg podría generar una mayor brecha cambiaria.
  • La realidad económica actual pone en duda una salida del cepo a corto plazo.

En el contexto actual de la política económica argentina, la desaceleración inflacionaria ganó protagonismo, y las medidas implementadas por el Gobierno a través del Ministerio de Economía parecen estar alineadas con ese objetivo. Una de las herramientas clave en este plan es el tipo de cambio oficial, que viene funcionando como un ancla para los precios. Sin embargo, la discusión sobre el ritmo de ajuste del dólar, conocido como «crawling peg», viene tomando fuerza, y muchos analistas proyectan una reducción.

Actualmente, el ajuste mensual del dólar oficial se mantiene en torno al 2%, un ritmo que el Gobierno defendió como adecuado para evitar que los precios internos se disparen. En este sentido, la administración de Milei estaría anclada en dos estrategias antiinflacionarias: la fiscal y la cambiaria.

De esta manera, algunos analistas aseguran que el ajuste mensual del tipo de cambio podría reducirse hacia un 1% en 2025, si las condiciones inflacionarias mejoran. Este movimiento estaría en línea con los recientes resultados de septiembre, donde el índice se ubicó por debajo del 4%, y con las expectativas de un menor ritmo de aumento de precios en los próximos meses.

El mercado y el dólar futuro: ¿Se ajustan las expectativas?

Las expectativas del mercado respecto al tipo de cambio oficial vienen experimentando una reducción significativa en los últimos meses. Un ejemplo claro de este cambio de proyecciones se refleja en los contratos de dólar futuro. Según los datos, el precio del dólar pactado para diciembre de 2024 bajó en aproximadamente $50, una caída cercana al 4% en las últimas semanas.

Asimismo, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central también mostró una disminución en las expectativas de devaluación. Mientras que en agosto se esperaba una devaluación anual superior al 45%, en septiembre esa previsión se recortó al 32%. Esta tendencia, según analistas, responde a la idea de que el Gobierno prioriza la desaceleración de la inflación sobre la competitividad cambiaria.

Por su parte, las estimaciones plasmadas en el Presupuesto 2025 proyectan un incremento acumulado del 18% en el tipo de cambio, lo que implicaría un ajuste mensual cercano al 1,5%, en consonancia con la inflación esperada.

¿Puede el Gobierno de Milei mantener esta estrategia?

Si bien una menor tasa de devaluación puede ayudar a controlar la inflación, existen riesgos importantes en la implementación de esta estrategia. La principal preocupación es la presión que podría generarse sobre las reservas del Banco Central. Según expertos, la reducción del crawling peg podría generar una mayor brecha cambiaria si no se alinean el tipo de cambio y la inflación. Esta situación generaría dificultades para salir del cepo.

Uno de los desafíos que enfrenta el Gobierno es la necesidad de cubrir pagos de deuda en dólares, que en enero sumarán alrededor de 4.500 millones de dólares. En este contexto, una apreciación cambiaria excesiva podría alimentar expectativas de una devaluación futura, lo que, a su vez, podría presionar aún más las reservas internacionales.

Además, los analistas alertan sobre el riesgo de una pérdida de competitividad del tipo de cambio si la inflación no disminuye al ritmo previsto.

El dilema del cepo cambiario

Otro punto clave en la estrategia del Gobierno es la salida del cepo cambiario. Si bien el oficialismo expresó que este proceso podría comenzar una vez que la inflación se estabilice en torno al 2%, la realidad económica pone en duda la viabilidad de este escenario en el corto plazo. La eliminación del cepo requiere dos condiciones fundamentales: una reducción sustancial del excedente de pesos en la economía y un acceso más fluido a financiamiento externo en dólares.

Hasta que estas condiciones no se cumplan, el Gobierno se verá en la necesidad de mantener medidas restrictivas sobre el mercado cambiario para evitar una corrida que complique aún más la estabilidad macroeconómica. Las próximas semanas serán cruciales para determinar si este esquema puede sostenerse sin generar nuevas tensiones en la economía argentina.

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