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Inflación en Brasil: los economistas y el Banco Central encienden la alarma

Esta situación se vio impulsada por el aumento del gasto público y las preocupaciones en torno a la política fiscal.

Por REDACCION

  • Los analistas esperan que el Índice de Precios al Consumidor cierre el año en un 4,55%.
  • Las políticas de gasto público y transferencias sociales podrían forzar al Banco Central a implementar mayores aumentos en las tasas de interés

Los economistas de Brasil ajustaron al alza sus proyecciones de inflación para 2024, en un contexto donde el gasto público y las transferencias sociales juegan un rol clave en la presión sobre los precios. Según la última encuesta semanal realizada por el Banco Central de Brasil, los analistas esperan que el Índice de Precios al Consumidor cierre el año en un 4,55%, superando el límite de tolerancia del banco central de un 4,5% y muy por encima del objetivo oficial del 3%.

Este aumento en las expectativas inflacionarias marca la cuarta semana consecutiva de ajuste, lo que refleja un ambiente de creciente preocupación por parte de los economistas y banqueros. Roberto Campos Neto, presidente del Banco Central, expresó en reiteradas ocasiones que el impacto del gasto público podría obstaculizar los esfuerzos de la entidad para estabilizar los precios. La administración de Campos Neto subió recientemente la tasa de interés al 10,75%, buscando contener una aceleración que, según algunos analistas, podría trasladarse hasta 2025.

Gasto público e inflación: un desafío en crecimiento

La administración brasileña implementó medidas de aumento salarial y ampliación de transferencias de dinero a hogares, lo cual mejoró el poder adquisitivo de los ciudadanos. Sin embargo, esta dinámica, sumada a la presión en los costos de alimentos y electricidad, podría aumentar el costo de vida. Según los responsables de la política económica, la aceleración en los precios responde también a factores externos, como la reciente sequía que afectó la producción agroalimentaria y generó incrementos significativos en los costos de bienes esenciales.

El ministro de Finanzas, Fernando Haddad, sostiene que estas presiones se mantendrán dentro del rango del banco central, y su equipo trabaja en medidas de corto plazo para apoyar las cuentas públicas. Haddad, que asistió a la reciente cumbre del Fondo Monetario Internacional en Washington, dijo que la administración evitará una reforma fiscal a corto plazo, lo que permite mantener cierto grado de flexibilidad en el gasto.

Un impacto en el real y el riesgo de deuda

La preocupación en torno a la deuda pública de Brasil se tradujo en una caída del real, que se ha convertido en una de las monedas de mercados emergentes con peor desempeño en el año. “Lo que buscamos es una consolidación que permita un entorno económico más favorable”, expresó Campos Neto. En este sentido, las perspectivas de tasas de interés se han mantenido estables en torno al 11,75% para 2024 y un 11,25% para 2025, aunque con una posible alza en caso de que la inflación no ceda al ritmo previsto.

Para 2024, los economistas prevén que la inflación ronde el 4%, un dato que continúa fuera de la zona de confort de las autoridades. De no aplicarse un ajuste en el gasto público, los precios de bienes y servicios podrían mantenerse elevados, situación que afecta tanto a los consumidores como a los inversores. Sin un control riguroso, las políticas de gasto público y transferencias sociales podrían forzar al Banco Central a implementar mayores aumentos en las tasas de interés, limitando el crecimiento económico de Brasil.

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