La decisión refleja un cambio en las dinámicas del mercado financiero global, donde cada vez más países optan por servicios de impresión de terceros.
Por REDACCION
- Las empresas de impresión tienen actualmente capacidad ociosa, lo que permite a otros países ofrecer el servicio a menor costo.
- La medida es una señal política, ya que implica una pausa en el funcionamiento de la Casa de la Monera.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió rescindir el contrato con la Casa de Moneda para la impresión de billetes de $1.000 y $2.000, una medida que responde al costo elevado de producirlos en territorio nacional. Según confirmaron fuentes oficiales, esta decisión marca un cambio relevante en la política de emisión monetaria, ya que Argentina ahora importará billetes desde el extranjero para reducir gastos.
El motivo de esta decisión se debe a que, a nivel global, las empresas de impresión tienen actualmente capacidad ociosa, lo que permite a otros países ofrecer el servicio a menor costo. La empresa China Banknote Printing and Minting Corporation (CBPMC) se posiciona como una posible proveedora, aunque se espera la participación de otras firmas de Estados Unidos y Europa.
Un golpe simbólico para la Casa de Moneda
Fundada en 1875 bajo la presidencia de Nicolás Avellaneda, la Casa de Moneda es un símbolo de la capacidad nacional de emisión y un actor clave en la soberanía económica del país. La medida, entonces, resulta también una señal política, ya que implica una pausa en el funcionamiento de sus instalaciones y la concesión de vacaciones al personal hasta fin de año.
Desde hace algunos años, la Casa de Moneda se encontraba bajo presión por el aumento de costos de producción y el desfase entre la demanda de billetes y la capacidad de producción local. Además, los contratos para la producción de billetes de las series de $1.000 y $2.000 estaban retrasados desde 2021, lo cual complicó aún más el panorama operativo.
La necesidad de billetes de mayor denominación
Otro aspecto que influyó en la decisión es el requerimiento de billetes de mayor valor. Si bien los billetes de $1.000 y $2.000 son actualmente los de mayor circulación en el país, su capacidad de compra se ha visto disminuida con la inflación, lo que genera que el público demande valores superiores que faciliten las transacciones cotidianas.
Para el BCRA, la cantidad actual de billetes de estas denominaciones es suficiente, por lo que han optado por importar solo aquellos valores que aún se requieren en el corto plazo, dejando de lado nuevas emisiones de menor valor. La dependencia del efectivo en Argentina sigue siendo considerable, aunque el crecimiento del sector fintech y el aumento de los pagos digitales han comenzado a ocupar una parte del ecosistema financiero, lo que en teoría podría reducir la necesidad de emitir en el mediano plazo.
El futuro de la Casa de Moneda
Si bien la Casa de Moneda continúa operativa en otras áreas, como la impresión de pasaportes y patentes de vehículos, esta decisión refuerza la intención previamente anunciada de cerrar progresivamente su función de impresión monetaria. Esto plantea interrogantes sobre el futuro de esta entidad histórica y de sus empleados, que ahora ven peligrar su estabilidad laboral.
Este cambio es también una señal de los desafíos que enfrenta el país en términos de sostenibilidad económica. El hecho de que sea más barato importar billetes que producirlos localmente evidencia una serie de dificultades estructurales en los costos de producción. Además, refleja un cambio en las dinámicas del mercado financiero global, donde cada vez más países optan por servicios de impresión de terceros.
Para muchos, la noticia del cese en la impresión de billetes en la Casa de Moneda representa un golpe simbólico a la historia y la autonomía financiera del país. Sin embargo, para el BCRA, esta medida constituye un paso práctico en un contexto de reducción de costos y optimización de los recursos disponibles.