Estas cifras refuerzan las expectativas de que la inflación en el país también podría desacelerarse y ubicarse por debajo del 3% en octubre.
Por REDACCION
- Analistas aseguran que el Gobierno tendrá que implementar políticas efectivas para mantener el impulso a la baja
- Las divisiones con mayor impacto en la inflación porteña fueron Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles.
La inflación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mostró una desaceleración por tercer mes consecutivo en octubre, registrando un aumento del 3,2% en el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad (IPCBA). Este dato representa una baja de 0,8 puntos porcentuales en comparación con el 4% de septiembre, lo que suma optimismo de cara al dato nacional que publicará el INDEC que verá la luz en breve.
A la par de esta moderación, la inflación acumulada en 2024 llegó al 122,1%, mientras que la tasa interanual alcanzó un récord del 200,9%, reflejo de un año en el que los precios aceleraron considerablemente.
Este nuevo dato en la Ciudad, usualmente más alto que el registro nacional, refuerza las expectativas de que la inflación en el país también podría desacelerarse y ubicarse por debajo del 3% en octubre, algo que sería considerado un logro en el contexto de altos índices acumulados y en medio de un escenario de ajuste de tarifas y gastos regulados.
De esta manera, Javier Milei, en su primera etapa de gobierno, sostiene el objetivo de reducir la inflación mensual a menos del 3% y se apoya en estos datos para proyectar una continuidad en la desaceleración de los precios.
Sectores con mayor aumento y su Impacto en el IPCBA
Durante el décimo mes del año, las divisiones con mayor impacto en la inflación porteña fueron Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (4,3%), Restaurantes y hoteles (4,7%), Salud (4,5%) y Alimentos y bebidas no alcohólicas (1,7%). En conjunto, estas categorías contribuyeron con el 62,7% del aumento del índice general, reflejando la fuerte incidencia de gastos regulados y de consumo básico en la vida cotidiana de los porteños.
Vivienda y servicios básicos, con una ponderación alta dentro del IPCBA (17,43%), aportaron 0,81 puntos porcentuales al índice, debido en gran parte a los incrementos en los alquileres y los gastos comunes. La segunda categoría con mayor peso, Alimentos y bebidas no alcohólicas, mostró una suba del 1,7%, impulsada por aumentos en productos como lácteos y huevos, y por una caída en el precio de verduras y legumbres.
En meses anteriores, el IPC de la Ciudad superó en promedio al índice nacional en 0,8 puntos porcentuales, aunque recientemente esa diferencia se redujo. Esto lleva a algunos analistas a proyectar que el IPC nacional podría, por primera vez en meses, ubicarse por debajo del 3%.
Estas proyecciones reflejan la expectativa de que la inflación podría haberse “desinflado” antes de lo esperado, y que esta tendencia podría ser el inicio de una desaceleración sostenida. En un contexto de grandes desafíos económicos, la reducción de la inflación a tasas más bajas resulta una prioridad para el Gobierno, que busca estabilizar la economía.
Milei y el planteo del camino hacia la estabilidad
La disminución en el nivel de inflación es, sin dudas, una señal alentadora, pero el desafío de sostener estos valores bajos en el largo plazo sigue siendo inmenso. Los especialistas recuerdan que los aumentos en precios regulados, como tarifas de servicios, seguirán presionando en los próximos meses, y que el Gobierno tendrá que implementar políticas efectivas para mantener el impulso a la baja en un contexto en el que el peso argentino enfrenta una pérdida constante de valor frente al dólar.
En este escenario, la expectativa del mercado y los esfuerzos gubernamentales convergen en intentar consolidar la tendencia hacia la baja en la inflación. Aunque se celebra el dato actual de la Ciudad como un avance, persiste el reto de traducir estas cifras en una estabilidad más profunda y duradera en todo el país.