En estas últimas semanas, se dieron a conocer nuevas discusiones entre los mandatarios de Brasil y Argentina para crear una nueva moneda común que sirva para el comercio internacional entre los dos países del sur, y que estos puedan reducir su dependencia en el dólar americano. Hoy analizamos lo que se sabe hasta el momento e incluso contamos con la opinión de un experto al respecto.
«Sur»
Argentina y Brasil, las dos economías más grandes de América del Sur, están en conversaciones iniciales para crear una moneda que sirva como método de intercambio común, como parte de un intento coordinado para reducir la dependencia del dólar estadounidense, que al día de hoy ocupa el 96 % de las transacciones internacionales llevadas a cabo en latinoamérica, lo que hace que en cada transacción, por más que Estados Unidos no esté involucrado, el dólar se fortalezca debido a la demanda generada por cada país al momento de comprar o vender internacionalmente.
La misma no reemplazaría a las monedas de Argentina o Brasil, sino que coexistiría con ellas y su fin sería en principio el comercio bilateral entre los dos países sudamericanos. La nueva divisa surge a partir de un plan del economista ecuatoriano Andres Arauz, quien fue candidato a presidente de Ecuador en las elecciones de 2021 y busca una “nueva arquitectura económica regional”. En la década de los 2000 hubo un antecedente a este proyecto, llamado el Banco del Sur, llevado a cabo por los presidentes de Venezuela, Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador y Paraguay. El proyecto finalmente no se llevó a cabo, pero el plan original era crear una entidad financiera regional que pudiera restarle dominancia al FMI y al Banco Mundial.
¿Cuando podría lanzarse?
Si bien los impulsores del proyecto, Argentina y Brasil, aún no han definido fechas en los que este pueda comenzar a llevarse a cabo, el mismo se viene discutiendo desde antes de las elecciones en Brasil. Y los principales entusiastas del mismo apuntan a que debería desarrollarse y completarse antes de septiembre de 2023, fecha de las elecciones en Argentina, ya que esta es considerada una “ventana de oportunidad” en la que los gobiernos de los dos países coinciden en la perspectiva política. Las principales críticas que recibe el proyecto, por parte de sus detractores, son en función a las diferentes políticas y situaciones económicas de ambos países. En general se sostiene que los países que buscan introducir exitosamente monedas comunes necesitan niveles similares de inflación y tasas de interés, así como niveles comparables de deuda. Tellimer, una firma líder en investigación de mercados emergentes, señaló en un informe sobre la posible moneda «sur» que las economías de Brasil y Argentina están lejos de estar alineadas en estas métricas clave. Se destaca que en 2022, la inflación en Argentina superó el 90 %, mientras que en Brasil fue de aproximadamente el 6 %, además los niveles de reservas de divisas también difieren drásticamente entre los dos países.
«Argentina tiene más inflación en un solo mes que Brasil en un año, lo que exige posturas de política monetaria y fiscal muy diferentes cada uno»
Marcos Casarín, economista jefe para América Latina de Oxford Economics, y Felipe Camargo, economista senior de Oxford Economics
También existe un factor muy importante y es la confianza que las empresas tendrían en esta nueva moneda, en principio vinculada a las monedas nacionales existentes o al menos a factores públicos de ambos gobiernos. El peso argentino, en particular, ha estado bajo presión en los últimos años y ha tenido un rendimiento relativamente bajo en comparación con otras monedas de América Latina. Además, el comercio entre los países debe ser sustancial para que una moneda común sea útil, sostienen los expertos. Los productos que Brasil envía a Argentina representan un 4 % de sus exportaciones y en el caso de Argentina a Brasil este número asciende apenas hasta un 15 %. Funcionarios brasileños y argentinos señalan que la creación de una nueva moneda comercial permanece en la etapa incipiente de las primeras conversaciones. Sin embargo, los líderes sostienen que la moneda algún día podría ser una herramienta comercial útil para los países del MERCOSUR, el bloque comercial sudamericano.
¿Qué precio tendría con respecto al dólar?
Debido a la inmadurez formal del proyecto, todavía no se tiene definido un valor de la misma, aunque se presupone que esta estará atada a las interacciones entre el Real brasilero y el peso argentino, lo que en definitiva puede causar problemas en el valor del Sur respecto a cada una de estas monedas si la política de emisión entre ambos bancos centrales no es simétrica.
¿Quién será el emisor?
Respecto a la emisión de la misma la situación es similar, todavía no se tiene definido si se creará una entidad tercera que emita esta moneda o si se encargará una comisión designada de uno u otro país. A propósito de esto Lula comentó: “Estamos trabajando para que cada ministerio económico con su equipo pueda hacer una propuesta de comercio exterior y de transacción entre los dos países que se efectúe a través de una moneda común, con arreglo a numerosos debates y muchas reuniones», lo que nuevamente da indicios de que este es un proyecto del cual, al menos públicamente, no se tiene acceso a mucha información.
Opinión de un experto
Le preguntamos a Federico Bünsow, CEO de Phronencial, uno de nuestros expertos, qué opinión tiene sobre este proyecto, qué futuro le ve y si piensa qué una moneda entre los dos países es viable.
“Considero que es un poco de pirotecnia. No hay información precisa, sólo un memorando de entendimiento (cuyo contenido no se conoce) firmado por el ministro de economía Massa y su par brasileño Fernando Haddad, y comunicado de prensa posterior sin precisión alguna. Un proyecto de esta naturaleza no se saca de una galera para generar títulos en diarios solo porque se está celebrando la CELAC en nuestro país”. Decía el CEO de Phronencial, “Es una estrategia más bien Política-icónica de cortísimo plazo. En Argentina esto no será un tema de agenda electoral, considerando la posibilidad de un nuevo presidente”.
“Aclaremos que teóricamente consiste en una moneda común, no única. Y eso es una diferencia relevante. El Euro es una moneda única, y estaríamos años luz de algo similar, dado que requieren coordinación de políticas monetarias y fiscales para alcanzar objetivos de estabilidad macroeconómica y posterior adopción de una moneda única.
“Sur tendría como objetivo ser una nueva moneda común de intercambio entre Argentina y Brasil, para facilitar el comercio exterior e inversiones entre ambos países. Algo similar se analizó en 2018 entre Macri y Bolsonaro sin mucho éxito. La asimetría entre Argentina y Brasil condiciona cualquier proyecto serio. El Real es una moneda fuerte, los brasileros la utilizan como medio de ahorro; el peso Argentino… no”.
¿Sur puede cumplir su objetivo de reducir nuestra independencia del dólar?
“No, la dependencia del dólar es producto de los desmanejos macroeconómicos, y que son 100% propios. ¿Por qué motivo países como Chile, Uruguay y Paraguay arriesgarían su estabilidad por juntarse con nosotros? Bastantes problemas internos tenemos con el Mercosur, respecto al comercio exterior, para arriesgar la estabilidad monetaria que ganaron con mucho esfuerzo. Una moneda común favorecería principalmente a Argentina porque no tenemos dólares, pero no creo que Brasil tenga real interés comercial”.