En lo que va del año, la moneda acumula una caída del 19%.
- Entidades como JPMorgan y Morgan Stanley han rebajado su calificación de la renta variable brasileña.
- El mercado accionario y la deuda soberana enfrentan presiones crecientes.
El real brasileño cayó a su nivel más bajo en la historia, alcanzando los 5,99 por dólar, lo que evidenciaría una creciente desconfianza de los mercados ante la capacidad del gobierno de Lula da Silva para equilibrar las finanzas públicas. La depreciación de la moneda posiciona a Brasil como el mercado emergente con peor desempeño en 2024.
La crisis de confianza fue detonada por el anuncio del ministro de Finanzas, Fernando Haddad, quien presentó un paquete de recortes por 12.000 millones de dólares. Las medidas incluyen: límites al aumento del salario mínimo, topes a los salarios más altos de los trabajadores públicos y aumento de impuestos para quienes perciben más de 50.000 reales mensuales.
Sin embargo, la decisión de eximir del impuesto sobre la renta a quienes ganen hasta 5.000 reales mensuales generó escepticismo. Los analistas consideran que esta exención diluye los beneficios fiscales esperados, mientras que las medidas generales son vistas como insuficientes frente al creciente déficit presupuestario.
Factores internos y externos presionan a la economía brasileña
El gobierno de Lula incrementó el gasto público desde 2023 para cumplir sus promesas de reducción de la desigualdad. No obstante, eventos extraordinarios como inundaciones, incendios forestales y una sequía récord generaron presiones adicionales sobre las finanzas del país.
En paralelo, la percepción de que el gobierno está relajando sus compromisos fiscales afectó las expectativas de inflación. El Banco Central de Brasil se ha visto obligado a subir las tasas de interés en un contexto global de política monetaria restrictiva, aumentando los costos del crédito y frenando el crecimiento económico.
A nivel internacional, la elección de Donald Trump en Estados Unidos y su propuesta de políticas pro dólar fortalecieron la divisa estadounidense y causaron una salida masiva de capitales de los mercados emergentes, exacerbando la depreciación del real.
Reacciones del mercado y rebajas en las calificaciones
La incertidumbre fiscal está provocando una caída generalizada en los activos brasileños. Grandes entidades como JPMorgan y Morgan Stanley han rebajado su calificación de la renta variable brasileña, advirtiendo que el creciente déficit y la necesidad de mantener tasas de interés altas limitan el atractivo del país como destino de inversión.
Los swaps de tasas de interés reflejan expectativas de aumentos adicionales, lo que complica la posición del gobierno para estabilizar la economía. Mientras tanto, el mercado accionario y la deuda soberana enfrentan presiones crecientes, con inversionistas buscando refugio en activos más seguros.
Ahora, el desafío para Brasil radica en recuperar la confianza del mercado mientras aborda las demandas sociales y los eventos climáticos adversos que han afectado al país. Si bien el gobierno ha destacado la importancia de la responsabilidad fiscal, los analistas señalan que serán necesarios ajustes más contundentes para revertir la percepción negativa y estabilizar el real.