Se creará una nueva Agencia Nacional de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y habrá despidos de más de 3.100 empleados.


- Esta medida estima un ahorro presupuestario de $6.400 millones anuales.
- El Gobierno de Milei ya había comenzado con una reestructuración de la AFIP con el decreto 559.
El gobierno de Javier Milei anunció una serie de profundos cambios en la estructura recaudatoria del país, marcando el fin de una era para la AFIP. Con la creación de la nueva Agencia Nacional de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), se proyecta una reducción significativa en su tamaño y alcance, junto con una reestructuración del personal y la jerarquía salarial.
La disolución de la AFIP trae consigo la noticia de una reducción de aproximadamente 3.100 empleados, muchos de los cuales, según fuentes oficiales, ingresaron durante la última gestión kirchnerista. Esta reubicación o pase a disponibilidad de personal busca optimizar el funcionamiento de la nueva ARCA, con una estructura más ágil y menor cantidad de cargos intermedios dentro de la administración.
Según Casa Rosada, esta medida se enmarca en un plan de ahorro presupuestario que se estima en $6.400 millones anuales. La decisión de achicar la estructura de recaudación también implica un ajuste salarial. Los nuevos directores generales de la DGI, Andrés Vázquez, y de la Aduana, Andrés Velis, percibirán sueldos equiparables a los de los ministros y secretarios de Estado, una disminución considerable respecto a los salarios actuales de los titulares de estas áreas.
¿Quiénes son los nuevos directores?
Andrés Vázquez, que reemplaza a Gabriel Ramírez en la Dirección General Impositiva, cuenta con una destacada trayectoria de más de 30 años en la fiscalización de grandes contribuyentes y control de evasión fiscal. Formado en la UADE y con especializaciones internacionales, Vázquez se enfrenta al reto de dirigir una DGI que deberá mejorar la recaudación en un contexto de alta evasión y nuevas políticas fiscales.
Por su parte, Andrés Velis, el nuevo titular de la Dirección General de Aduanas, es conocido por su rol en la implementación del Sistema Malvina, un proyecto que modernizó el control de aduanas en el país. Su vasta experiencia en el área y su capacidad técnica serán claves para enfrentar los desafíos de control del comercio exterior en un contexto de mayor apertura y modernización tecnológica.

Cambios profundos, incertidumbre y expectativas
La reestructuración de la AFIP y la creación de ARCA no solo buscan reducir costos, sino también mejorar la eficiencia del sistema recaudatorio y de control aduanero. Desde el Gobierno, Manuel Adorni, vocero oficial, dejó en claro que este es un paso hacia una Argentina más liberal, donde “el respeto irrestricto por la propiedad privada” es central.
“Como reza el principio que el Presidente anunció el 10 de diciembre en el momento de su asunción, el liberalismo es el respeto irrestricto por el proyecto de vida del prójimo basado en el principio de no agresión en defensa de la vida, la propiedad y la libertad. Ese liberalismo es lo que nos llevó a ser una de las principales potencias del mundo a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, hacia esa Argentina queremos ir sin AFIP, sin Inadi y sin ningún otro organismo que cercene la libertad de la gente de bien”, agregó el vocero presidencial.
Sin embargo, esta reestructuración genera incertidumbre. ¿Podrá la nueva ARCA ser lo suficientemente eficiente para cumplir con las exigencias fiscales en un país que enfrenta problemas estructurales de recaudación y evasión? La respuesta dependerá de cómo se gestione esta transición y de la capacidad de los nuevos directores para adaptarse a una estructura más reducida y eficiente.
Impacto en la gestión pública
El Gobierno ya había comenzado a reducir la estructura de la AFIP. El Decreto 559, publicado el 3 de julio pasado, dispuso una reestructuración significativa en el organismo con el fin de modernizar los controles fiscales y previsionales. Esta medida concentró las funciones de fiscalización impositiva y previsional en el área metropolitana, unificándolas bajo la Dirección General de Impuestos (DGI), un modelo que previamente se había implementado en las delegaciones de AFIP del interior del país.
En este sentido, el nuevo ARCA viene a completar esta medida iniciara meses atrás. El plan del gobierno es buscar mayor transparencia y control, prometiendo una administración más eficaz de los recursos públicos y un control aduanero más riguroso. No obstante, la reubicación masiva de empleados y la reducción de cargos jerárquicos plantea preguntas sobre la capacidad del organismo para absorber esta transformación sin afectar su funcionamiento. En un contexto de reordenamiento institucional y cambio en las políticas fiscales, el impacto de esta reforma sobre la economía real será un tema a seguir de cerca en los próximos meses.